1. Cepillarse justo después de comer: debemos esperar 30 minutos, sobre todo si hemos tomado cítricos o bebidas gaseosas. Tras la comida aumenta la acidez de la boca y esto reblandece el esmalte por eso debemos esperar a que la saliva neutralice esa acidez
2. Usar un cepillo de cerdas duras: ya que pueden desgastar el esmalte y producir sensibilidad. Debemos elegir cepillos de cerdas suaves.
3. Cepillarse con demasiada fuerza: un cepillado suave es suficiente. Si nos cepillamos con demasiada fuerza podemos desgastar el esmalte y lastimar las encías.
4. No cambiar el cepillo con frecuencia: debemos cambiarlo cada tres o cuatro meses ya que si las cerdas están desgastadas o rotas el cepillado no va a ser efectivo.
5. No cepillarse suficiente tiempo: la mayoría de nosotros tardamos una media de 45 segundos en cepillarnos los dientes cuando deberíamos hacerlo durante dos minutos, tres veces al día.
6. No guardar el cepillo como corresponde: al terminar de cepillarse coloque el cepillo en posición vertical y déjelo secar al aire y separado de los otros cepillos. Si lo coloca en un estuche cerrado proliferaran los gérmenes.
7. No cepillarse con la técnica adecuada: su dentista le indicará la más adecuada a su caso.
8. No cepillarse la lengua: debemos hacerlo porque la lengua es como una esponja que absorbe todas las bacterias y luego las propaga cuando te la pasas por los dientes.